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XL Congreso Nacional de la Industria del Pan y Afines

  • Publicado 3 Nov 2010

 En el marco del XL Congreso Nacional de la Industria del Pan y Afines, desarrollado en la ciudad de Merlo, San Luis, durante el 1,2 y 3 de noviembre del corriente año, la Asociación de Industriales Panaderos y Afines de Rosario presento sus ponencias.  Estas fueron; “La creación de un molino de harinas especiales” y “Plan de sustitución de bolsas”.

Estas ponencias fueron aprobadas en dicho congreso. A continuación se exponen una descripción de cada una.

Industria del Pan

En el marco del XL Congreso Nacional de la Industria del Pan y Afines, desarrollado en la ciudad de Merlo, San Luis, durante el 1,2 y 3 de noviembre del corriente año, la Asociación de Industriales Panaderos y Afines de Rosario presento sus ponencias.  Estas fueron; “La creación de un molino de harinas especiales” y “Plan de sustitución de bolsas”.
Estas ponencias fueron aprobadas en dicho congreso. A continuación se exponen una descripción de cada una.

“Creación de un Molino de Harinas Especiales”
Creemos que es el momento propicio para que las instituciones dedicadas a la defensa de los intereses de los industriales panaderos, articuladas a través de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines amplíen su campo de actuación mediante la compra o construcción de un molino harinero de producción de harinas especiales, con la finalidad de abastecer a los panaderos de todo el país.
La creación de un proveedor, de la materia prima fundamental para nuestros panaderos, cuyo principal objetivo sea la satisfacción de las necesidades de estos y no la obtención de ganancias, resulta altamente beneficio en la colaboración de mejorar la rentabilidad de las panaderías.
A lo largo de muchos años el Gobierno Nacional ha ignorado las diferentes propuestas e ideas que la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines ha elaborado con la finalidad de potenciar el sector que nos compete. Sin embargo detectamos que en la actualidad el dialogo y cooperación que nos presta el Gobierno Nacional nos permite desarrollar la idea de la compra o construcción de un pequeño molino harinero para la institución. Consideramos de vital importancia la participación del Ministerio de Salud, Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el INTI en el proyecto, dado que su colaboración será posiblemente la que nos permita lograr la meta deseada. Estamos seguros que existen muchos caminos abiertos con el gobierno y demás instituciones que lo componen, caminos que, con el trabajo necesario nos permitirán la consecución de ésta aspiración.

La idea de poseer un molino harinero se basa en poder realizar una producción de harinas especiales, tales como harinas con cereales, harinas fortalecidas con calcio u otro componente, para satisfacer las necesidades que muchas personas tienen en cuestión alimentaria.  Al mismo tiempo la posibilidad de contar con este recurso nos permitiría obtener un producto a bajo costo y accesible a toda la población.

Aun en la actualidad el “pan” sigue siendo el común denominador de todas las mesas argentinas. Y esta realidad es uno de nuestros puntos de motivación  para poder ofertar un producto de mejor condición para la salud de la población, con un costo posible de ser asumido por las panaderías en su producción.

“Plan de Sustitución de Bolsas”
Nos resulta de verdadera importancia, a través de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines en concordancia con el INTI y el Ministerio de Medio Ambiente de la Nación lanzar una campaña a nivel nacional para promover el remplazó de las bolsas plásticas no biodegradables por bolsas biodegradables, y fomentar la reducción de su cantidad en el ambiente, con la finalidad de contribuir a la minimización en la generación y disposición de residuos.
Consideramos que lanzar esta campaña a través de un organismo nacional proporcionaría la trascendencia y significancia suficiente para lograr verdaderos cambios a favor del medio ambiente, a nivel nacional se podría lograr una sinergia entre provincias que superaría los resultados de éstas individualmente.

El incremento del uso de bolsas de plástico como embalaje y envase generalizado para el transporte y contención de todo tipo de bienes y productos, ha aumentado considerablemente, multiplicando su nocivo impacto ambiental. Estas bolsas plásticas han invadido todos los paisajes, no existiendo lugar alguno donde no encontremos una de ellas o rastros de alguna de ellas, siendo un problema creciente su proliferación. En muchos casos son utilizadas como descartables dándoles una sola utilización generando de esta manera una masa de residuos no degradables que no se puede gestionar

La primera razón del perjuicio ambiental es que estos plásticos, sea de polietileno o el polipropileno, son materiales no biodegradables, es decir que no se degradan en la naturaleza. La segunda razón, es que el plástico es un derivado del petróleo, recurso no renovable y por lo tanto, a medida que se utiliza se extingue y aumenta su costo. Por ello es que, cada bolsa de plástico que se utiliza a diario tiene un alto costo medioambiental, a pesar de su bajo precio en el mercado.

Este problema de la proliferación del plástico es creciente y los basurales y rellenos sanitarios no dan abasto para contener tanta cantidad de este tipo de material. Los plásticos no sólo se acumulan en tierra sino también en los cursos de agua y el mar, provocando daños irreparables.

El plástico convencional cuando se desecha permanece en el ambiente durante décadas o siglos, y en muchos casos es imposible recogerlos. Obstruyen alcantarillas y drenajes, matan animales en la tierra, ríos y océanos, y ensucian las calles, playas y paisajes. Mientras que los beneficios de bajo costo, bajo peso, resistencia, impermeabilidad a gases y al agua, transparencia son altamente apreciados; la misma fuerza y durabilidad que lo hace un material útil y económico, se convierten en el mayor problema cuando queremos deshacernos de él. Por estas razones es que calles, los paisajes, las playas, es que impulsamos este programa de sustitución de bolsas no biodegradables por bolsas biodegradables.

En la actualidad existen tres grandes grupos de bolsas biodegradables: las de papel, las bolsas plásticas concebidas a partir de productos vegetales como el almidon de maíz; y las bolsas plásticas cuya base es un subproducto del petróleo, pero al que se le agrega un aditivo que produce la degradación del material.

Con respecto a las bolsas de papel, éstas son bien conocidas por lo que no hace falta comentar sus características. El producto no solo es biodegradable sino también fácilmente reciclable, y en algunos casos, reusable. Cabe aclarar que el papel transparente de celofán que se utiliza para envolver y empaquetar también se fabrica con la fibra de celulosa de la madera. Por lo tanto, el celofán es biodegradable, no contamina los alimentos y tarda en desintegrarse entre uno y tres años, a diferencia del plástico común, que tarda siglos en desaparecer. En general, las bolsas de celofán y de papel común son aceptables porque no son toxicas, pero se rompen con facilidad y es difícil reutilizarlas.

Las bolsas bioplásticas están hechas de polímeros fabricados a partir de materias primas naturales (como azúcar, almidón, celulosa, patatas, cereales, melaza, aceite de soja, maíz, etc.), que son procesadas por organismos vivos (hongos, bacterias o algas). Tiene la misma resistencia y rigidez del plástico normal, por lo que se usa en embalajes y envases. Estos materiales requieren de un ambiente microbiano bastante activo antes de degradarse. Algunos se degradarán totalmente cuando encuentren las condiciones óptimas para hacerlo, pero otros simplemente se perforarán, y el componente plástico en ellos tal vez no desaparezca nunca. Los plásticos degradables a partir de almidón se degradan por un proceso llamado HIDRO-degradación, el cual emite dióxido de carbono rápidamente a la atmósfera.

Las bolsas de polietileno biodegradables se producen gracias a la presencia de un componente que permite su sana descomposición. Un ion metálico (aditivo) que es inyectado a la mezcla de polietileno en el último momento. Se degradan bajo un proceso llamado OXO-degradación. La adición de este producto cambia el comportamiento del plástico y su degradación comienza inmediatamente después de su fabricación y se acelera cuando se expone al calor, luz o estrés.Las bolsas comunes no se degradan debido a que sus cadenas moleculares son complejas e irrompibles. Las variaciones en la concentración del aditivo son las que permiten a los fabricantes determinar las expectativas de vida de la  bolsa y, por lo tanto, su uso. Se lo considera degradable más que biodegradables porque no depende de la acción catalítica de organismos vivos para su descomposición. La bolsa puede ser guardada en un cajón cerrado que al igual desaparecerá con el tiempo. Por otra parte, estos plásticos no emiten gas metano cuando se los dispone en los rellenos sanitarios.

Pruebas de eco-toxicidad han demostrado que el plástico oxobiodegradable no tiene efectos adversos inmediatos o acumulativos en el suelo, ya sea del platico mismo o de peroxidantes, plastificantes, surfactantes, pigmentos, metales o lubricantes presentes. Los elementos principales de estos materiales son biodegradables por naturaleza y las trazas que de ellos queden después de la degradación están presentes en mínimas partes por millón (algunas veces por billón), razón por la cual no hay riesgo de que se presenten efectos nocivos. Estos materiales también se encuentran en productos a partir de almidón.

Existen también otros tipos de plásticos biodegradables;

  1. Alifáticos: plástico degradable que utiliza poliésteres alifáticos. Sin embargo, de la misma forma que los plásticos a partir de almidón, dependen de una actividad microbiana alta para degradarse.
  2. Foto- Degradables: estos se degradarán cuando se expongan a la luz del sol, pero no se degradarán si se deposita en rellenos sanitarios, vertederos, cloacas o cualquier lugar oscuro.
  3. PHA (polihidroxialcanoato): un miembro de la familia de los poliésteres, es creado directamente a partir de microorganismos, y es totalmente biodegradable. Los PHA pueden ser moldeados, fundidos y conformados como los plásticos derivados del petróleo y tienen la misma flexibilidad.  Aun es muy caro para su utilización en bolsas.
  4. PLA (polilactato): se conforma mediante la polimerización del ácido láctico, y nuevos métodos comercialmente atractivos para la polimerización directa.

En nuestro país, en diferentes lugares se están tomando medidas para reducir el uso de bolsas plásticas no biodegradables. A continuación se nombran algunas de estas medidas.

Mendoza ha sancionado la ley Nº 7319 a fines de 2004, que prohíbe a los comercios entregar bolsas hechas con materiales no biodegradables a sus clientes. Sin embargo, aún no se ha podido implementar por cuestiones técnicas, por lo que algunos funcionarios han pedido una prórroga. En este orden de ideas, en septiembre de 2006 han dictado una Resolución mediante la cual se crea el Registro de Fabricantes y/o Proveedores y/o Comerciantes de Bolsas de Material Biodegradable, Degradable, Oxidegradable o Hidrodegradable, en el ámbito de la Dirección de Saneamiento y Control Ambiental del Ministerio, y se instrumenta el procedimiento para la certificación de los productos, como medida inicial para la puesta en vigencia de la Ley Nº 7319 de Bolsas Biodegradables.

La provincia de Buenos Aires también ha sancionado una ley similar, y existe un proyecto a nivel nacional ingresado durante el año 2006 en el mismo sentido. Como bien puede leerse en sus fundamentos, la iniciativa se origina en la ordenanza 8227/05 del Municipio de Comodoro Rivadavia, a partir de la cual, paulatinamente desde que entró en vigencia, los comercios fueron sustituyendo las bolsas de polietileno en las que normalmente entregaban sus mercaderías y productos. Y los comercios deben disponer de envoltorios “ecológicos” con opciones tales como tela y materiales biodegradables. Asimismo, una ordenanza similar a la de Comodoro Rivadavia, se aprobó en la localidad de El Bolson, en Rió Negro. La medida, rige desde el 1 de enero del 2006, y prevé la sustitución de las bolsas de polietileno por otras de papel, rafia y fiselina. Cajones y cajas de cartón, son puestos a disposición del cliente que lo prefiera.

La provincia de Santa Fe, es otra de las localidades que ha sancionado con fuerza de ley la regulación del uso de bolsas de material no biodegradable en supermercados y comercios.

En un sentido algo distinto, el órgano legislativo de la ciudad de San Pedro, provincia de Buenos Aires, ha dictado una Resolución mediante la cual solicitan al Departamento Ejecutivo Municipal que cree un Programa de Reducción de Uso de Bolsas de material no biodegradable destinadas a contener las mercaderías expendidas en los comercios de cualquier rubro y/o dimensiones.

En ese contexto, se encuentra trabajando la AIPR con la colaboración de FAIPA, para la consecución de los dos objetivos propuestos.

http://www.asociacioncooperar.com.ar Proyecto: “Bolsas Biodegradables”, General Pico, La  Pampa, Argentina.
http://www.martavarela.com.ar/proyectos/ley/bolsas_biodegradables.pdf